martes, 23 de septiembre de 2014

Sevilla y una Harley Davidson

Buenas a todos.

La Giralda
Cosas que pasan. Mi amigo Josele ha de ir a Valverde del Camino (Huelva) a por una moto, me pregunta que si le acompaño, y yo digo sí. Así es como uno acaba yendo a Huelva a por una moto pero parando a dormir en Sevilla, que pilla más cerca que de la capital onubense (a la que me gustaría ir para probar Achantum de Xanty Elias, todo sea dicho), y además por temas de transportista debíamos quedarnos allí a pasar la noche.

Tras las 8 horas de coche, compraventa de moto en Valverde, llegamos a nuestra pensión en barrio de Santa Cruz, ducha y a la calle. Quise hacer caso a Pilar Martin Valverde de unacafeteraenlarusiacomunista.com e ir a Tradevo, pero por distancia a la Pensión y del garaje en el que estaba la moto, y que debíamos esperar al dichoso transportista optamos por quedarnos cerca de la pensión, que afortunadamente estaba cerca de la Giralda, que fue lo único turístico de Sevilla que pudimos darnos el gusto de ver. 

Rabo de toro
Y a sus alrededores y guiados por la Michelin damos con Don Juan de Alemanes, (C/Alemanes 7. tlf:954563232. web: www.donjuandealemanes.es) local dando a una de las caras de la catedral, lo que le da el atractivo turístico, pero a partir de ahí, poco más uno puede sacar.

Marcamos nuestra intención de probar 3-4 raciones para compartir y esperamos consejo, y por lo que se ve, era difícil, pues "todo está excelente, y la gente de Sevilla viene mucho aquí porque el cocinero tiene mucho renombre" palabras textuales, así que pedimos lo que nos vino en gana. Ensaladilla rusa, del montón, sigo sin explicarme la necesidad de poner medio cherry siendo 2 personas para comer, o le da sabor o es decoración?, para mi, ni lo uno ni lo otro. Flan de foie con caramelo de higo, este plato nos lo sugirió el camarero, tras entrar en cocina después del discurso de que todo es excelente (esta misma sugerencia se la endosó con calzador a cada turista que se sentaba),  textura conseguida y sabor suave del foie, pero no para echar cohetes. Rabo de toro deshuesado con verduras del cocido, tan tierno como suave, buen plato pero con falta de intensidad en el caldo y sabor de la carne y para terminar cazón en adobo, la verdad que muy bueno el rebozado, con puntos agrios y ácidos y nada pesada. Esto y las cervezas mas 2 copas de fino Solear 30€ aprox. los 2. Deja sabor amargo el tema del servicio, poco atento al ritmo de las mesas (éste estaba más atento a las chicas que pasaban que a las mesas), y que con eso de que el cocinero es famoso y todo esta bueno da la impresión de que quizá es todo lo contrario o que no hay interés por parte de la sala por saber que es lo que más funciona o interese que funcione. Siempre hay algo que gusta más y si el cliente se sienta a la mesa y lo dice, será que quiere probar lo mas característico. 

Carabinero
En este mismo local, el cortador de jamón que también hizo labores de camarero de terraza y que era algo más amable y receptivo a nuestras propuestas, le preguntamos por otro local que estuviera próximo y que le gustara, y nos recomendó La Azotea (C/Zaragoza 5, Sevilla. tlf: 954564316 web: www.lazoteasevilla.es).

Por la calle poca gente, pero al llegar al local, este estaba lleno pero con la suerte de que se levantaba una pareja, así que como caído del cielo, tomamos asiento en barra. Nos dejamos llevar por las sugerencias y la verdad que disfrutamos. Sacristía AB (manzanilla de Antonio Barbadillo) para empezar y probar las tellinas/coquinas con alcachofas, sabrosísimas y que ganaban con las alcachofas baby dandole otra textura y maridando bien con la manzanilla, navajas con habitas y aceite de hierbabuena, buenas pero quizá muy intenso el aroma y sabor de la hierbabuena que se apoderaba de la navaja y las habas, carabinero a la plancha, un pequeño lujo que nos permitimos pero que mereció la pena, una fritura de pescado compuesta de japutas (yo las conocía como llisas), boquerones y salmonetes chicos, un enharinado leve sin adobo, dejando mucho más presente el sabor del pescado en comparación con el que habíamos tomado anteriormente, en el caso concreto de los boquerones, prefiero que conserven la raspa, sin ella es más fácil que se seque la carne, y particularmente no me molesta la espina, y terminamos con un corte de lomo de buey con patatas y unos pimientos de padrón con dos chiles habaneros que picaban como el demonio. Esto con cervezas, copas de sacristia AB y una copa de vino tinto al final (un Ribera del montón) 60€. Un cambio de 180º con respecto al local anterior, muy buena atención, buen ambiente, buena música, buen producto y una comida que sin estridencias estaba bien tratada.

Una imagen de las 2 caras que tiene la hostelería en lo que a servicio se refiere, la desidia y el interés, a uno volvería a otro no.

A raiz de este último comentario, recomiendo leer este enlace del Blog de Abel Valverde "Igual no nos entienden" que explica con claridad y desde el punto de vista de un profesional de sala esos detalles tan básicos pero a veces difíciles de encontrar en las salas de nuestros restaurantes y bares.

Sin lugar a duda Sevilla merece una visita con más tiempo, pero no disponíamos de más, al día siguiente de nuevo, carretera y vuelta a Castellón.

Pendiente queda Tradevo y seguro que muchos otros locales más, junto con una ruta turística mucho más extensa que me permita disfrutar de la ciudad como se merece. Pero el viaje no fue en vano, aunque corta la estancia, nos permitió ver una pequeña pincelada muy atractiva, una travesía que siempre une, y el gusto de ver y oír una Harley-Davidson como esta, una marca muy ligada a la historia de USA, al igual que cada viaje forja la nuestra.

La moto responsable del viaje

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.