miércoles, 27 de febrero de 2013

Komori, la prolongación de Ricardo Sanz en Valencia

Buenas a todos.

Ya sabéis mi predilección por la cocina japonesa, cocina de la que poco a poco uno va aprendiendo cada vez un poquito más, y descubriendo que aún queda mucho más por conocer.

Si hay algún referente claro en España sobre cocina japonesa, ese es sin duda alguna Ricardo Sanz, cocinero y propietario de Kabuki, y que ya tiene en su haber 3 estrellas como reconocimiento a su trabajo repartidas entre sus 2 restaurantes de Madrid y en Canarias (esta última entregada en este año para la guía 2013). Y haciendo extensión de su cocina abre Komori (C/General Gil Dolz S/N tlf:960045635 web: www.restaurantekomori.com) en el mes de Octubre como colaborador con Nacho Honrubia.

Así que antes de que terminara el año 2012 decido probarlo, recluté a una amiga que también le hacía ilusión y allí que nos fuimos.

Tuvimos suerte y salió un día soleado, que nos permitió tomarnos antes de comer una cervecita en uno de los kioskos de paseo Aragón al solecito para ir abriendo boca. Y de allí al restaurante que está en el Hotel Westin, muy próximo al estadio de fútbol del Valencia CF, Mestalla.

Komori

El local está decorado de forma muy sobria, al igual que Kabuki Wellington. Es un local amplio con numerosas mesas conservando una buena separación entre ellas. Y me gusta que también cuente con barra para quien quiera comer solo. Tras la barra cuenta con 2 cocineros que a parte de coordinar las comandas finalizan los platos cara al público.

Komori a parte de carta, cuenta con 2 menús degustación, uno de 33€ y otro de 42€ más largo. Nosotros optamos por el largo que consta de 9 platos. Para beber pedimos un As Sortes 2010, vino que a mi me gustó mucho pero no tanto a mi acompañante.

Pues empezamos desgranando el menú degustación de Komori.

1. Atún marinado en sake y soja: Plato equilibrado con el sake y la soja, con suavidad que amolda bien el atún.

Atún Sake y Soja

2. Ebi Salada: Langostinos rebozados en tempura con salsa barbacoa japonesa y ensalada. Muy buenos, tanto por el crujiente de la tempura, la cocción del langostino que queda mantecoso, como por la salsa, a esta "carga" de grasa le va de lujo terminar con el fresco de la ensalada. Muy buen comienzo.

Ebi Salada
3. Usuzukuri de Mojo: Corte de lubina con mojo canario y patata morada, plato untoso, en el que el sabor lo aporta el mojo y la patata lo contiene y suaviza.

Usuzukuri de Mojo
4. Usuzukuri de adobo: Rodaballo con adobo gaditano y crispy de tempura. Plato contundente por el adobo que le aporta picante y la fritura de la tempura, el elemento que hace que no sea tan potente el plato en esta ocasión es el propio pescado, un excelente rodaballo.

Usuzukuri de adobo
5. Usuzukuri de ponzu: pez limón con ponzu, un grandioso contraste con el plato anterior por el ácido que aporta que te limpia el sabor del adobo. Muy bueno, el que más me gustó de los usuzukuris.

Usuzukuri de ponzu
6. Tartar de Toro: Tartar de atún, excelente, además tuvieron el detalle de al ser plato a compartir, dividirnos la mezcla, uno más picante para mí y otro menos para ella.

Tartar de Toro
7. Selección de Nigiris: el plato que más esperaba, pues desde BarMasa que no me enfrentaba a unos nigiris en un restaurante de calidad, y aunque me reafirmo en mi opinión sobre que los mejores los he comido en BarMasa, esta selección es excelente, con sabores progresivos y bien atados. 

Empezando por el huevo frito trufado, pez mantequilla también ligeramente trufado, destacar la tersura de ESTE pez mantequilla, nada que ver con otros que he comido. Steak Tartar, con el arroz marcado en plancha haciendo el efecto de una tostada, y terminando con la anguila braseada. Un degustación sobresaliente.

Selección Nigiris (Huevo codorniz, pez mantequilla, steak tartar y anguila)
8. Rabo de buey en teriyaki: quizá el plato más flojo, aunque sin perder calidad, carne potente y tierna.

Rabo de buey
9. Cremoso de yuzu: Un final ácido como postre. Ya lo había probado en Madrid en Kabuki Wellington. Un buen final.

Cremoso de yuzu

Y hasta aquí el menú degustación de Komori.

A mi parecer un menú japonés fusión excelente, a una RCP inigualable con el menú, ofrece sabores, colores, texturas, lo que uno busca en este tipo de locales.

Como contras, sólo 2. 1, los servicios se comparten con el resto del hotel y has de salir del restaurante, y aunque a alguna gente le parezca una tontería, a mi me incordia tener que entrar y salir del restaurante cada vez que tenga que ir al servicio, y 2. Echo en falta la opción de maridaje en la carta. Seguro que la 2ª no tardarán en aplicarla con lo que se quedará el tema del servicio como pega.

Sinceramente, un sitio que merece la pena visitar para disfrutar de cocina japonesa de calidad y además sin dejarte un dineral, siempre y cuando uno se quede contento con el menú, porque si se pide a carta, preparen la cartera.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.







lunes, 18 de febrero de 2013

Edición un Gastroyonki en la Gran Manzana. Rte. RedFarm

Buenas a todos.

Seguimos y terminamos por fin con esta ruta gastroyonki por las calles de Manhattan, y terminamos en RedFarm (529 Hudson st. web: www.redfarmnyc.com) un gastrobar de lo más afamado últimamente en NYC, estaba dentro de las recomendaciones de Jesús, pero también en la ruta de Gastroeconomy, por ejemplo.

Como dije en el post anterior, me confundí en el horario, así que decidí volver al día siguiente, pues el local como tal me gustó en cuanto a decoración, ese ambiente granja, con la decoración en madera y esa gran mesa central, en la que aunque vayas solo, al menos se disimula un poco y estás en cierta medida acompañado y abre las puertas a la conversación, al igual que ocurre en la sala de Ricard Camarena.

Así que como he dicho antes, volví. Hubo suerte y aún había sitio a la hora de comer, pero sólo UN sitio, y en la mesa principal, pues el resto estaba o reservado u ocupado. Lo digo para que lo tengáis en cuenta. Id pronto, porque se llena.

A partir de aquí os comento la experiencia en RedFarm.

RedFarm tiene una carta de Brunch y otra de Dinner. Ambas son extensas y las podéis consultar previamente en la web. Yo pedí consejo y lo que salió de cocina fue lo siguiente.

1. Pac-Man dim-sum: Dim-Sum de mariscos, bogavante, gamba... cada color corresponde a un crustáceo. La presentación me pareció cuanto menos nostálgica y divertida. Respecto a sabor, se identifica bien el marisco e iban aderezados con un picante muy agradable. Pac-Man es en realidad un torta de patata.
"Pac-Man" shrimp dumplings
2. Wide-Rice Noodles with shredded roast duck: Fideos de arroz con pato a la brasa desmigado. Plato consistente, y muy bien hechos los fideos.

Wide Rice Noodle with shredded Roast Duck
3. Soup Dumpling Crab and Pork: Tras los fideos me quedé con apetito, y como me gustó el dim-sum, decidí probar otros. Y elegí estos rellenos de sopa, con cerdo y cangrejo. Os diría que me parecieron, pero no puedo, pues me quemé la boca con ellos de tal manera que me hice una buena úlcera en el carrillo, lo que me mató el gusto y me puso de bastante mala leche. La sopa va en el interior del saco de pasta, y si no te avisan de que está ardiendo, que no caliente, se rompe la sopa en la boca y pasó lo que tenía que pasar. 
Soup Dumpling
4. Repostería casera: Esto fue un detalle de la casa (aunque me los iban a cobrar), no por quemarme, si no por hacerme cambiar de sitio. Estaban ricos, suaves, y un hojaldre muy bien trabajado.
Home-made sweets

Para beber, cerveza, recuperé la southampton que ya había probado en el Jean Georges.

La verdad que mi experiencia en RedFarm no fue nada buena. En cuanto a comida, los 2 primeros platos me gustaron, pero los dumpling de sopa me fastidiaron. y no puedo decir si estaban buenos o no.
Lo que me irritó fue el servicio, me llamó la atención como la camarera que tenía yo asignada no me explicaba nada, y en cambio los otros camareros explicaban los platos a otros comensales. Y lo de los Soup dumplings es para que avisen de que están ardiendo y que vaya con cuidado, que rompa primero el saco y deje salir el caldo en la cuchara, o yo que sé, pero que avisen. A eso hay que sumarle lo de que me cambiaran de sitio. A mi no me importa que me digan si me importa cambiarme de lugar, para que quepan más clientes, pero me molesta que me vengan con indirectas de si estoy cómodo o prefiero cambiarme de sitio, que en aquella mesa estaré sólo y nadie me molestará... Y para rematar, tras el cambio de sitio fue cuando me pasó lo de la sopa. Además pedí la cuenta, y me veo que me cobran unos dulces que yo no había pedido, y me vino la responsable diciendome que se habían confundido, que eran unos dulces que tenían para compensar el hecho de haberme cambiado de mesa, pero que no los habían marchado todavía pero estaban apuntados en mi cuenta. Un cúmulo de despropósitos en sala, a un precio final de 65$ aprox.

Sé que todo puede ser fruto de un mal día, y no es justo juzgar por una única ocasión, pero esta fue mi desagradable experiencia.

Y hasta aquí mi recorrido gastroyonki por NYC, la ciudad que nunca duerme y la capital del mundo. Una ciudad que muestra y esconde muchos encantos, el gusto de recorrer las calles y encontrar conciertos improvisados en una plaza, locales de jazz diminutos donde disfrutar de una asombrosa sesión de música con leyendas locales como me ocurrió en el Small´s, el estreno de una ópera en el Metropolitan, los graffittis por las calles que son obras de arte, y una gente la mar de amable vayas por donde vayas que te hace sentir uno más. Me quedo con las ganas de ver a los Knicks, además un año en el que les van bien las cosas, que hasta hace nada no hacían más que perder, y quizá haber visitado algún museo más.

Eso sólo se puede solucionar de una manera, volviendo.

Espero que la edición Gastroyonki no se os haya hecho muy pesada y que os haya servido de ayuda si alguno vais a Nueva York.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

viernes, 8 de febrero de 2013

Edición un Gastroyonki en la Gran Manzana. Rte. Westville

Buenas a todos, seguimos y ya casi terminamos esta ruta por Manhattan y sus restaurantes.

En esta ocasión un local fuera de toda guía, ni Jesús, ni Michelin, ni Lonely Planet, si no que este lugar surge de la casualidad y mi habilidad para despistarme. 

Me explico. Tras pasear por la mañana por Chelsea, visitar el Chelsea market, y recorrer el barrio por la vía del tren, mi intención era comer en RedFarm, pero no leí bien su horario, así que el día que fui, viernes, sólo abría para cenas, así que muy amablemente una de las chicas que estaban preparando el local para el turno de cenas me recomendó un local próximo diciéndome que son muy colegas y que ellos hacen unas hamburguesas muy auténticas. Como me pareció simpática y sincera decidí hacerle caso.

Chelsea Market
Grafitti desde las vías de Chelsea


El Restaurante es el Westville (10th st con Blecker st), un local pequeño, estrecho pero con mucho ambiente. Personal muy joven en sala, pero muy atentos, y una excelente música ambiente, un paraíso "indie" con los Strokes, Ferdinand, Arctic & more...

Me dejé recomendar por la camarera, y acabé probando unas croquetas de cangrejo picantes y una hamburguesa con queso. Y para beber, cerveza. Una cerveza de trigo pero más tostada. Muy acomodada a las croquetas.


Cerveza Blue Point
Las croquetas con todo el sabor del cangrejo y el picante del chili junto con el curry. Crujiente el rebozado. Sobre la hamburguesa, no es tan grasienta como la de Burger Joint, es más suave y quizá por eso pierda esencia. Me gustó más la de Joint. Pero como local prefiero este Westville donde me puedo distraer con la música.


Croquetas

Hamburguesa

Hamburguesa

Como local, me gustó, como cocina, aceptable. No sé si merece la pena desviarse a propósito para comer aquí, pero si os perdéis por la zona, no es una mala opción.

El próximo ya será el último capítulo de esta ruta por Manhattan, y volveremos al territorio nacional.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.