sábado, 29 de diciembre de 2012

Edición Un Gastroyonki en la Gran Manzana: Rte. BarMasa

Buenas a todos.

Seguimos merodeando por la capital del mundo, y sin a penas movernos de Columbus circle.

Un día perezoso y que tras la comida en Jean George´s decide uno tomarse con tranquilidad una cerveza en algún sitio próximo. Así que tras despedirme de mi madre me acerco a Time Warner Center, un centro comercial que cuenta en la planta baja con un extenso mercado, más grande que el de Terminal Central Station (para mí, uno de los edificios más bonitos de Nueva York por su estilo neoclásico y ese techo que representa el firmamento), y que alberga también tiendas de ropa de marcas y en la planta superior una bonita barra donde tomarte tu copa "afterwork" con vistas a Central Park, y donde se encuentran 2 restaurantes de bastante renombre internacional, uno de ellos PerSe de Peter Keller, y otro de ellos Masa, quizá junto con Mibu, el restaurante japonés más reconocido del mundo, y con el discutible honor de ser uno de los más caros del mundo.

Techos de Estación Central

Estación Central



Así que mientras me tomaba un par de cervezas en el Center Bar, vi que también estaba BarMasa (web: www.masanyc.com), así que entré a preguntar, y resultó ser el 2º restaurante de Masa, en el que tienes opción a elegir a carta platos elaborados por la misma cocina de Masa. 

Center Bar en 3ª planta de Time Warner Center


Así que no perdí oportunidad de reservar una mesa para después de pasear por Times Square.

Times square y sus luces


Inicialmente no se admiten reservas, pero yendo sólo, quizá le di pena a la chica de recepción (que luego resultó ser la gerente), y me dijo que yendo sólo seguro que tendría un hueco aunque fuera en la barra. Además fue ella quien me explico las diferencias entre Masa y BarMasa, y que de Masa no me levantaría por menos de 600$!!!, ahí es nada... menú degustación, 2 horas y media y todo lo que uno quiera, pero 600$ pican a cualquiera.

Y tras mi paseo me planto allí.


Dejándome aconsejar por la camarera hice un atún en teriyaki, y una degustación de nigiris. Para acompañar, cerveza Asahi.

Asahi, cerveza japonesa en edición 0,5L
Atún Teriyaki

Degustación nigiris y maki-sushi.

El atún teriyaki, estaba bueno, buen aderezo y con sabor, pero los más de 30$ me parecieron excesivos.

Sobre la degustación de nigiris y makis, aquí me quedo sin palabras, la mezcla del arroz con el vinagre es impresionante, un sabor diferente y a pesar de usar pescados más que conocidos, le da un sabor distinto. Y aunque el precio puede echar para atrás, 98$, merece la pena, al igual que el atún teriyaki me dejó un sabor agridulce por el precio, en el caso de la degustación no me arrepiento.

Si le pongo una pega a parte del teriyaki, es el servicio de sala, a esos precios quizá se espera un poco más de atención. Al igual que en recepción muy amables, en sala se pierde. Así que por los 200$ pagados finalmente (cada cerveza a 12$) yo me quedé dolido, con el recuerdo del mejor nigiri y makis que nunca he comido, pero el resto me dejó con mal cuerpo.

Merece la pena?, personalmente, NO. A pesar de haber probado esa maravilla, por ese precio te puedes permitir otros sitios de mayor nivel y con más platos para degustar.

Para aliviar ese mal cuerpo, terminé la jornada con un cocktail en el Center Bar, y que mejor cocktail en esta ciudad que un Metropole.


Así pues aquí terminó mi día tras visitar Central Park, comer en Jean Georges y hacer un recorrido por Times Square.

Al día siguiente me propuse presentarme en Eleven Madison Park, el restaurante de Daniel Humm. Lo conseguí o no. En el próximo artículo se verá....

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.

PD: os dejo uno de los videos que uno se puede encontrar pasendo por Times Square.














miércoles, 19 de diciembre de 2012

Edición Un Gastroyonki en la Gran Manzana: Rte. Jean George

Buenas a todos:

Seguimos con mis andaduras gastronómicas por la Gran Manzana.

En esta ocasión me fui a pasear por Central Park y hacer un recorrido visitando la plaza en honor a Lennon, el lago, la torre Belvedere..., y quedar después con mi madre en la plaza Columbus para comer en Jean Georges (Trump Hotel Central Park, 1 Central Park West, web: www.jean-georgesrestaurant.com), este restaurante fue recomendación de Jesús, y resulta ser el 3 estrellas Michelin más barato del mundo, pero sólo a la hora de comer que ofrecen un menú económico a 32$. Así que una oportunidad de este tipo no se puede dejar pasar. Es recomendable ir a comer a la hora española, vamos, las clásicas 14:30-15:00, porque si llegas antes, lo más seguro es que no tengas sitio (gracias por el consejo Jesús).

Strawberry Fields

Mi mascota T-Rex en el Museum of Natural History

Columbus Circle

Así pues, entramos en el edificio y con cierto temor porque no estábamos seguros ni de si habría sitio, o si todavía se mantenía el menú de 32$. Pero no había porque tener miedo alguno, pues todo salió como estaba previsto.

Tuvimos que esperar un poco de tiempo en la barra hasta que tuviéramos sitio, ya que en horario de comidas se hacen remontes, y el local se llena (a ese precio, normal). Así que mientras esperábamos en la barra aprovechamos para tomar una cervecita Southampton por mi parte, y mi madre un vino blanco Chablis 2011 Chritian Moreau (Borgoña).

Southampton

Y cuando nos pasaron a mesa, el menú... con el que ya se disiparon las dudas de si nos enfrentaríamos a precios desorbitados o no. De todas maneras si os fijáis en el precio, si hacéis todos los platos sale a 160$, un precio bastante razonable si os queréis marcar un menú degustación largo alternativo al ya existente.


Pues lo que yo elegí fue...

Appetizer: Tuna Tartare, avocado, spicy radish, ginger marinade. Tartar de atún, aguacate, rábano marinado con gengibre. Mucho sabor, notable el gengibre que le da vida al atún y a ese componente graso que aporta.

Tuna Tartare

Entree: Crunchy baked organic chicken, glazed market carrots. Pollo orgánico empanado con zanahorias. Muy obsesionados los americanos, al menos en Nueva York con el componente orgánico, ecológico, Km. 0, etc. pero he de decir que estaba de vicio, una textura de la carne diferente a la de otros pollos, no sé si será porque corren maratones en sus granjas, pero muy sabroso. Ración contundente.

Organic chicken
Dessert: Jean-George´s warm chocolate cake, vanilla bean ice-cram. Tarta de chocolate caliente de Jean-George con helado de vainilla. Muy parecido a los coulant, pero con un bizcocho más suave y esponjoso. No me despertó una gran pasión.

Warm chocolate cake
Y hasta aquí el menú, un menú que acompañamos con el mismo vino blanco que eligió mi madre, ya que le gustó mucho, y la botella estaba por 40$. Así que con impuestos, 120$ aprox. los 2. 60$ por persona. Un precio más que razonable por lo que se ofrece, donde se ofrece y quien lo ofrece. Una auténtica ganga en una ciudad en la que estas ofertas no abundan. Además con un servicio bastante atento, aunque en algunas ocasiones estaban abrumados por la cantidad de gente y tuvieron algún despiste que otro con el vino.

Merece la pena organizarse el día para terminar comiendo en este restaurante, y darse este lujo low-cost en el pleno centro de la ciudad.

Espero que os haya gustado y os sirva de ayuda si vais a Nueva York, disfrutar del 3 estrellas Michelin más barato del mundo.



En el próximo capítulo, BarMasa, el segundo local del famoso restaurante japonés Masa.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.




miércoles, 12 de diciembre de 2012

Edición Un "gastroyonki" en la Gran manzana: Rte. Laut

Buenas a todos.

Como os conté en el post anterior, me iba de viaje a Nueva York para aprovechar mis vacaciones, y eso también implica disfrutar de la comida en la capital mundial, la ciudad más cosmopolita que a uno se le pueda ocurrir.

Sobre Nueva York mi padre siempre me decía que lo importante no es la ciudad en sí, si no lo que hay en ella, las calles, la gente, el ritmo de vida, en conclusión, que es una ciudad para vivirla. Y en parte no le falta razón. Y un ejemplo de ello se nota en las miles de cocinas que hay repartidas por Manhattan y Brooklyn que es lo que yo visité (me deje de lado Queens y Staten Island).

De todas maneras, por mucho que me dijera mi señor padre, ahora he tenido la oportunidad de sacar mis propias conclusiones sobre Nueva York en todos los sentidos, monumentos, espectáculos, gente y gastronomía, que ya iré diciendo a lo largo de los artículos siguientes.

Pues empieza mi viaje con mucha información por digerir, por un lado las inestimables aportaciones de Jesús (@jesusfdezprieto en twitter, y con una página que no debéis dejar de visitar, nosoyotrogourmet.tumblr.com), que me pasó una auténtica guía de algunos de los restaurantes de Nueva York que podrían serme de más interés. La guía Michelin 2012 de New York City, regalo de mi amiga Ana tras su última estancia en la Gran Manzana. O la archiconocida Lonley Planet. Así que con todo el material me fui haciendo mi ruta turística y gastronómica.

Gracias Ana, que útil me fue!!!
Pues con toda esa información uno intenta hacer camino por esta ciudad de infinitas calles sin perderse, y tras caminar plantearse seriamente donde parar a comer. Pero a pesar de toda la información mi primera parada fue totalmente improvisada. Y todo fue fruto de un desengaño tremendo, causado por la mala suerte que me impidió ver el partido de los NY Knicks vs. Indiana Pacers tras 2 horas y media de cola, a causa de un fallo con la puñetera tarjeta de crédito. 

Así que fruto de frustración tiro de guía y busco darme un gustazo, así que por la zona donde me encontraba busco el que más simpatía me hacía, y este fue Laut (15E. 17th St. (entre Broadway y 5ª Av. web:www.lautnyc.com),  un restaurante clasificado como asiático por la guía pero del Asia del sudoeste, que según la guia recoge las cocina de Malaysia, Thailandia y Singapore, aunque el chef es malayo. Porqué elegí este sitio?, sencillo, cuantos restaurantes malayos con una estrella te encuentras en Europa?, no sé si hay alguno, pero si los hay no creo que sean muchos, y si le sumas que el precio aproximado según la guía era inferior a los 50$, me decidí por él.

Madison Square Garden, antes de llevarme el disgusto

Así que allí que fui. Y primera sorpresa, el local. A primera vista da una imagen bastante descuidada que no se corresponde ni de lejos con lo que estamos acostumbrados en España, pero es que la guía americana lo que te explica es que las estrellas las dan por la calidad de la comida y no por criterios de comodidad, local, ubicación... para eso tienen otro baremo. Así que ya tenemos la primera diferencia, pero como estaba de vacaciones tampoco me iba a rasgar las vestiduras, así que pillo sitio y me pasan la carta, una carta con infinitas combinaciones de currys, noodles, sopas, dim sum... a lo cual decido preguntar y dejarme llevar por los consejos del camarero, un tío de lo más majo con el que luego estuve charlando un rato. Y lo que me aconsejó, ya que luego seguiría caminando por la ciudad, fue lo siguiente.

1. Roti Canai: Un pan hindú servido con un curry elaborado por ellos, un entrante suave para el plato que vendría después. Recordar que los paladares son diferentes, y si os preguntan vuestro gusto por el picante, por mucho que os hayáis comido chiles poblanos a puñados, un thailandes siempre te ganará. Dicho este apunte, y tras mi experiencia en Londres con el picante en el Nahm opté por un picante "medium" para no pillarme los dedos y no sentir que mi lengua ardiera en el infierno de Mordor.

Roti Canai
El pan hindú, mas fino que las pitas y mucho mas suave al tacto, con un sabor bastante neutro para que disfrutes del curry, como si fueran unos nachos, ir mojando en esa salsa de color peligroso, que te dice que una vez más has metido la pata y el concepto de picante no es el mismo. Aún así, he de decir que muy tolerable, aunque más potente de lo que esperaba. También ayudó la cerveza a que el trago no fuera tan duro.

Cerveza singhai, cerveza thai

2. Curry Laksa: Una noodle soup, es decir, sopa de fideos, que puedes elegir con verduras, carne o mariscos. yo opté por el pollo. El caldo a parte de los fideos y el ingrediente principal que uno elige va con leche de coco picante, pepino, judías verdes, bolas de pescado y menta vietnamita.

Si veis el color os haréis una idea, un plato muy picante, mantiene el sabor del pescado, el pollo, las verduras, pero insisto en el picante. Lo mejor, las verduras que se mantienen al dente en el caldo, y las bolas de pescado tenían una textura muy similar a la de unos buenos callos. Necesario un buen vaso de agua, cerveza o el líquido que uno prefiera. Aunque para no pecar de exagerado, he de decir que cuando te acostumbras al picante, luego te terminas el caldo, porque está muy bueno.

En cuanto a cantidad, es más que suficiente, buena ración de carne, verduras, fideos...

Curry Laksa

Cuando terminé, el camarero se me acercó a preguntarme si me dedicaba a la hostelería (que raro...), a lo que le explique lo de siempre, que no, pero que soy un aficionadillo. Aún así le interesaba saber que visión tenía yo como europeo, y en que creía que podían mejorar. Yo sólo le dije una cosa, que simplemente señalaran que platos eran picantes o muy picantes, porque funcionan con recetas tradicionales que son las que les han merecido la estrella en Nueva York, por lo demás, no soy yo quien pueda juzgar y decir que cambios han de hacer. Pero fue una conversación interesante que me permitió darme cuenta de lo torpe que soy a veces con el inglés, pero que a poco que te pones a hablar va surgiendo todo lo que habías olvidado y conversar sobre un tema que me gusta.

Una experiencia de lo más agradable por 36$ (con las propinas incluidas). En un restaurante muy próximo a Union Square. Y desde allí, tras comer de forma consistente pero sin pesadez de estómago, fui a visitar el Empire State Building.

Empire State Building
Como conclusión, si uno va con guía Michelin, lo que son 1 estrella, no se parece en nada, para que no se lleven a engaño, pero garantiza que la calidad de la cocina es buena, no es caro y pasas un buen rato. Al menos aquí en Laut, así fue.

Hasta aquí la primera etapa de Un gastroyonki en la Gran Manzana. Espero que os haya gustado y os resulte útil si vais por NYC.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.








martes, 4 de diciembre de 2012

Nikkei 225, mi primera experiencia nikkei

Buenas a todos.

Puesto que tenía que coger un avión para ir  Nueva York, y salía desde Barajas, tuve que pasar el día anterior en Madrid, y no se me ocurrió mejor manera para despedirme de España que con un buen sabor de boca y con gusto internacional. Para ello fui a este restaurante que aúna, de la mano de Luis Arévalo, la cocina japonesa y la peruana, o cocina "nikkei".

Con estas pistas ya sabréis que el restaurante no es otro que Nikkei 225 (C/Castellana 15. Madrid tlf: 913190390 www: www.nikkei225.es).

Siguiendo mi insana costumbre de perderme por las calles del barrio Malasaña y tomarme unas cañas en los bares que me parecían más pintorescos, hago camino hacia la Castellana, olvidándome de que no estoy en Castellón si no en Madrid, y el contraste Malsaña-Castellana es muy notable. Bien es sabida mi poca afición a ir arreglado, y nunca me ha supuesto ningún problema más que alguna mirada furtiva y una sensación de que pego menos en ese cuadro que a un Cristo 2 pistolas. Pero es que en esa zona ya es exagerado hasta para mí.

Menos mal que hice mi reserva con unas horas de antelación, pues según me dijeron, sólo quedaba un hueco en la barra, y la verdad, para ir sólo, prefiero comer en barra que no en mesa, suele ser un servicio más dinámico y distraído y permite ver como manipulan la comida, cortes, etc. que siempre hacen la experiencia algo más interesante, pero tiene sus inconvenientes como luego comentaré.

El local hace honor a la zona, muy elegante, moderno, con una impactante cava a vista completamente acristalada, y 2 chicas igual de elegantes para la recepción y comprobar la reserva. Muy amablemente una de ellas me acompañó a mi sitio que está en el salón inferior, donde se encuentra también la cocina. 

Un salón luminoso y amplio, con detalles dorados y como bien decía, lleno de gente, con su consecuente barullo. Pero eso no depende únicamente de la insonorización, si no también de los propios comensales, pero al fin y al cabo a comer y cenar se va también a hablar y sobretodo a pasar un buen rato.

Como viene siendo habitual pedí el menú degustación maridado, y... una cerveza.

Carta de Nikkei 225


Mi cerveza con unas chiflas (plátano frito) y una crema de ají amarillo
Como apunte decir que el maridaje inicialmente es con espumosos, pero yo pedí si lo podían cambiar a vinos (algunos ahora se echarán las manos a la cabeza y me llamarán hereje, pero no me apetecía cava ni champagne)

Empezamos el menú degustación en Nikkei 225:

1. Ravioli de ají de gallina y ajo blanco: Un primer bocado impactante. con la potencia del ají (para quien no lo sepa, el ají es primo-hermano del chile, guindilla, pimiento, muy usado en la gastronomía peruana y la sudamericana del pacífico) y un uso diferente de uno de los platos más característicos de Perú junto con el cebiche. Un buen contacto con lo que vendrá después.

Ravioli de ají de gallina y ajo blanco

2. Ostra con ajís, tiradito de vieira y bloody Mary. Este plato me dejó helado, y no por el hielo del plato, si no por su frescor, sabor, potencia picante... Excelente. Además, como podéis ver, muy pasional, rojo intenso. Muy muy bueno.

Tiradito de vieira a la izda, Ostra con ajís dcha

3. Croqueta de causa y empanadilla de langostino: La causa es un plato típico peruano a base de patata amarilla y ají. 2 bocados suaves tras la potencia de la ostra y sus ajís.

Croqueta de causa izda. y empanadilla de langostino dcha.

Estos primeros platos maridaron con un Riesling 2011. Fresco y que jugaba bien con los picantes.

4. Chupe de camarones con gamba roja, tofu frito y verduritas: Otro plato para quitarse el sombrero, la respuesta en caliente a la ostra y a la vieira. Picante potente, mucho sabor, muy explosivo, pero sin ser agresivo y anularte el gusto. Una receta con más toque tradicional peruano.


Chupe de camarones y gamba roja

5. Usuzukuri toro, soja y salsa de tomate: buenos cortes, sabroso y fresco, pero por alguna razón me venía a la cabeza compararlo con el de Kabuki Wellington de Ricardo Sanz. Y quizá porque lo probé antes o simplemente porqué me gustó más, me quedo con el de Kabuki.

Usuzukuri toro, soja y salsa de tomate
Usuzukuri pan con tomate de Kabuki Wellington

NOTA: Para conocer bien el nombre de los cortes del atún aquí os dejo un enlace del programa de David de Jorge, Robin Food, donde el mismo Ricardo Sanz da una clase magistral de corte y preparación (mise en place) del sushi y sashimi.

6. Cebiche caliente, caldo de pescado dashi: Otro plato de lagrimones como puños, toda la esencia del cebiche, con su papa, choclo y su pescado pero con el punto templado. Muy logrado.

Cebiche caliente

Estos platos fueron maridados con una manzanilla del equipo Navazos, soberbio.

7. Cangrejo real a la plancha con ají peruano: Una carne curiosa la del cangrejo real, nunca la había probado con anterioridad, y me resulto muy sabrosa, un ají suave pero presente. Se me quedó escaso.

Cangrejo real con ají peruano

8. Nigiris: Los calientes de foie y wagyu con huevo de codorniz estaban ricos, pero los frios estaban aún mejores, sobretodo el de aguacate, huevas y arroz tostado dulce, un contraste en boca excelente.

Nigiris

Estos platos maridaron con un Chardonnay 2010

9. Pato con salsa curry y pan de algas: Para terminar un plato de carne consistente, sabores fuertes. Maridaje exclusivo con Pujanza 2004.

Pato con salsa curry

10. Suspiro limeño, dulce de leche y yuzu: un final dulce con un postre típico peruano como es el suspiro limeño, acompañado de dulce de leche y de yuzu. Buen ajuste del dulce con la acidez del yuzu.

Suspiro limeño, yuzu y dulce de leche

Maridado con un Molino Real de Telmo Rodriguez, un vino dulce de moscatel que me encanta desde que probé en Barcelona y cuyo sabor se me ha quedado grabado desde entonces y de eso hace ya 4 años.

Y hasta aquí el menú en Nikkei 225. Mi primera experiencia en un Nikkei, esta fusión de cocina peruana y japonesa de la que cada vez se escucha más hablar.

Yo he leído diversas opiniones al respecto, unas dicen maravillas y otras atrocidades, a mi personalmente, todo lo que implique potenciar las sinergias, o nuevas creaciones, me resulta positivo y muy atractivo, así que como iniciativa a mi me parece fabulosa, si a eso le sumas que son 2 cocinas que por separado me gustan, y que además llevan muchas generaciones conviviendo juntas por la inmigración japonesa en Perú, me parece lógico que surja una fusión.

¿Me gusta la cocina Nikkei de Nikkei225?, ¿Merece la pena?. Mi respuesta es un SI, pero con condicionantes. 

Como cocina está muy bien, completa, variada, sabores nuevos para mi y muy buenos que me gustaría repetir, como la ostra y la vieira, el chupe de camarones o los nigiris (salivo de recordarlos cual perro de Paulov), pero iría un día que no fuera fin de semana, y aún yendo solo, pediría mesa. 

Porqué lo digo, porqué a barra llegan las comandas y escuchas cosas que no debes, además se monta mucho alboroto en un salón con una débil insonorización y lleno de gente con ganas de fiesta.

Pero esto es un pequeño borrón sobre un local que a mi parecer, llegará más lejos, por una buena cocina y un servicio eficiente y amable.

Toda esta experiencia me salió por 123€, Menú degustación por 75€, Maridaje 35€, el resto en agua, cerveza, una copa de Lagavulin 16 años y café. Un precio más que razonable por lo ofrecido, una razón más para ir y no salir decepcionado.

A partir de aquí, lo próximo que comí fue el desayuno del hotel, la nefasta comida del avión y durante 9 días fui un yankee, con algún arranque europeo, pero yankee al fin y al cabo...

Pero eso son aventuras que iré contando en "Nueva York en clave gastronómica".



Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.


jueves, 29 de noviembre de 2012

Arbequina, el origen

Buenas a todos.

A una amiga le da mucha rabia que utilice con mucha frecuencia el refranero español o algunas expresiones hechas, pero eso es algo que no puedo evitar. Quizá me venga porque mi padre también utiliza algunas, y en particular 2. La primera, el proverbio judío de "...no te fíes ni de tu padre", que no sé si eso le deja en muy buen lugar, y la segunda "De bien nacidos, es ser agradecidos", que creo que es una lección más propia de un padre...

Pues ciñéndonos a la segunda, si a alguien he de agradecer gran parte de lo poco que sé sobre gastronomía es a 2 personas, la primera, mi amigo Jorge Molina, que nos conocemos desde hace ya más de 12 años y que me llevó hace 8 a mi primer restaurante gastronómico, el único que queda ya en la ciudad de Castellón, Arbequina (C/Bartolomé Reus 54, Castellón. tlf: 964269301. web: www.restaurantearbequina.com). Y gracias a esa visita y desde entonces me quedé prendado de esta nueva forma de ver la cocina, y con los años, hice amistad con su propietario y cocinero Modesto Fabregat, a quien desde aquí doy las gracias por todo lo que me ha enseñado relacionado con la hostelería, a entenderla tanto desde fuera como desde dentro, o por vivir experiencias como El Musical del Vi de Barcelona, las cenas de los sentidos, catas, e incluso darme la oportunidad y abrirme las puertas a impartir una clase sobre cerveza y hacer una cata-maridaje diseñada por los 2 en equipo.


Arbequina cuenta con 1 sol Repsol

Así que como reza el título, el origen de toda esta afición se gesta a la mesa de este restaurante emblemático para mi. Pero tanta es la confianza, y tanto he hablado de Modesto, que al mismo tiempo me he olvidado de él en esta página que es le reflejo de mis experiencias, y aunque si que he publicado alguna de sus jornadas por temporadas como setas 2010 o bacalao 2011 (Modesto tiene programadas al año jornadas de setas, caza, cuchara, alcachofa, bacalao, pescado azul y arroces, con alguna extra según el tiempo que tenga y lo que algún pirado como yo, le pida), al mismo tiempo nunca había comido su menú degustación con maridaje, y me parece que se lo debo, y más tras haber estado recientemente en el culmen gastronómico para mí hasta la fecha, que ha sido El Celler de Can Roca. Así que se me ocurrió que podía ser una buena idea el reflejar el de donde vengo, tras el hasta donde he llegado (por el momento, que todavía me queda camino) probando su menú degustación. Pero todo con la condición de ser uno más y sin favoritismos, tanto en ración como en precio. Otra cosa es que se cumpliera, pero ya os diré en que plato fue más generoso (aunque en la foto se verá claramente...)

Menú Degustación: Se compone de aperitivo, 2 entrantes, 1/2 pescado, 1/2 carne, pre-postre y postre, con maridaje (No es un menú cerrado, algunos platos podrán ser de carta, o si hay algún producto fuera de carta y de temporada también puede ser incluido en el menú.)

Cava a vista a la entrada


1. Aperitivo: Arroz salvaje con remolacha y guacamole, un entrante suave y fresco, que al mismo tiempo aporta algo de saciedad por el arroz. El baston está elaborado con pasta de arroz japonés, que al pasar por la fritura recuerda al morro de cerdo. Este plato pertenece al menú de los arroces de este septiembre. Maridado con Manzanilla, un amargor fresco que abre el apetito.




2. Turrón de foie: Plato que se incorporó a carta hace 2 años, fue elaborado la primera vez con ocasión de una jornada de chocolate. Todo elaborado en casa, me gusta mucho el contraste del punto amargo del chocolate con la untosidad del foie, y la combinación con las lágrimas de pimiento. Vino dulce moscatel, muy cómodo para el foie.




3. Calmar de playa: producto de temporada en Castellón, calamar fresco que se deshace en la boca, con verduritas al dente, es uno de mis productos preferidos, y no pierdo oportunidad de pedirlo allá donde voy si lo tienen en carta. En esta ocasión, me puso una ración un poco más grande de lo habitual (al final son muchos años juntos...). Vino... Con un Par, Albariño, muy mineral y con acidez, y con una etiqueta cuanto menos llamativa.



4. Hurta con verdura y fondo de carne: Una de las cosas que me impactó cuando conocí la cocina de Modesto fue el trato al pescado, y la cocción, el crujiente de la piel y ese semicrudo interior, con verduras y un buen cotraste con el fondo de carne. Vino Rafa Cambra 2

Perdón por el flash, el iPhone está estropeado con flash permanente


5. Rabo de toro, coliflor, brócoli: meloso, sabroso, potente, cremas quizá pecaban un poco de frias.



6. Piña colada, pistacho, piña, sorbete de piña e infusión de hierbaluisa: acidez que llega como agua de mayo tras la potencia del rabo de toro. Muy digestivo y fresco. Vino: Dulce de Castaño, monastrell




7. Perfecto de avellana y helado de frangelico con jarabe de Módena: El incremento del sabor que aporta el vinagre con el dulce de avellana es impactante y muy agradable. Vino: Castaño Monastrell



Este es uno de los infinitos menús que nos puede ofrecer Modesto desde su cocina, ya que como os decía antes, los platos no son fijos, si no que vienen determinados por la temporada o disponibilidad. Raciones que a excepción del calamar que me puso uno extra, son más que contundentes (algunas casi hasta excesivas como en el rabo de toro o el turrón de foie) que hacen que borremos de nuestras cabezas esa falsa idea de que en estos sitios uno viene "a pasar hambre" como alguna que otra vez he oído, pero no únicamente uno sale pleno si no que disfruta de su cocina. Con un maridaje más que aceptable, en el que sólo hubo un vino que no me acabó de convencer, que fue el Carmelo Rodero.

Si quisiéramos poner algún contra, sería más en la presentación de algunos platos, como fue el caso del calamar, que ocupaba mucho volumen y la pintura con la salsa Romescu o el aceite verde y la tinta emborronaban demasiado el plato. Y en las cantidades, como digo, eso puede ser visto por unos como una ventaja, pero a veces es un contra, pues a mitad de menú o casi acabándolo sentir tanta sensación de lleno, a veces se puede hacer pesado. Pero es algo subsanable simplemente comentando cuanto apetito tiene uno...

Como puntos positivos, muchos, el principal, la relación calidad-precio (RCP), nos encontramos con un menú degustación con maridaje por 43,50€ comida más los 17€ del maridaje, precios que están muy por debajo de restaurantes de la misma categoría en ciudades como Valencia, por citar una capital vecina. Una calidad excelente de producto, un buen ritmo de servicio, local amplio y cómodo, que cuenta con una extensa carta de vino con bastantes referencias internacionales. Y todo este trabajo cuenta además con algo añadido, que para mí es muy meritorio, el hecho de ser un equipo de 3 personas en el que sólo Modesto tiene formación en cocina y también cumple funciones de sala, como la sumilleria. Este hecho me hace respetarle aún más como profesional.

Espero que os haya resultado interesante y si os perdéis por Castellón hagáis un parón para comer en Arbequina, el origen de mi afición desmedida por la gastronomía.

Muchas gracias Modesto por todo lo que me has enseñado durante estos años, y por lo que te queda por enseñarme y aguantarme!!!.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.