sábado, 12 de febrero de 2011

También hay vida gastronómica en Vila-Real

Buenas a todos:

Por ampliar horizontes y aprovechando tiempo libre (que sienta muy bien tenerlo y más disfrutarlo), fui a visitar a unos amigos a Vila-Real y los convencí para irnos a comer por la ciudad (todo sea dicho, que son fáciles de convencer y me costó muy poco)

El restaurante se llama Aldemilio en la Calle Pere Gil, 3, Vila-Real. El local tiene una muy buena ubicación en la ciudad, en una plaza céntrica con un par de bares de copas al lado (uno siempre sabe cuando empieza, pero nunca cuando acaba, y si las copas no las hacen buenas en el restaurante, siempre está bien tener un bar cerca), en cuanto a la decoración, la verdad es que sorprende, a pesar de que soy un confeso antitaurino, y todo lo que tenga relación con ello me genera incomodidad, he de reconocer que en este sitio lo han hecho con mucha clase, decoración moderna y buena iluminación.

En lo que respecta a comida, los entrantes muy buenos, empezando por el timbal de patatas a lo pobre con chistorra (plato ligero para empezar...), patata en su punto y el huevo a medio cuajar, pan imprescindible para este plato.


Las croquetas de ibérico, cremosas y sabrosas, sin exceso de aceite, eso sí, como siempre, id con cuidado, que si hay ansia por comer uno se quema, y si no o hace es que su esófago es de titanio.


Como tercer y último entrante sacos de filo con morcilla y cebolla, la verdad es que a mi personalmente, me cansa la caramelización de las cosas, en breve nos encontraremos hasta la lechuga de la ensalada caramelizada, pero combina bien con la morcilla, siempre y cuando no excedas de cebolla. Pero he de decir que estaba bastante bueno.


Como plato principal arroz con pato, caracoles y setas, bueno, lo de caracoles y pato, relativo, por que si había poco pato, de los caracoles para que hablar, huyeron todos de la paella antes de ser cocinados, por que no vimos ni uno, pero de sabor estaba muy bien, aunque si lo pedís, recordadles que estén todos los ingredientes.


Para beber, Arzuaga 2008 crianza, estaba regular, todavía muy verde, le falta botella para poder asemejarse al de otras añadas, se hizo difícil al trago, con el alcohol poco integrado todavía. Ya veremos como evoluciona.


Si algo no me gusto del restaurante fue el servicio, personal bastante seco, de poco trato, cada vez que pedíamos algo era como pedir instancia al papa, y eso, a mi, me cansa. Aún así es un sitio recomendable, el ambiente es bueno, mesas quizá un pelín ajustadas, pero es cómodo. Y de precio no es caro, 35 euros aprox. por cabeza.

Y hasta aquí la historia de esta incursión en Vila-Real.

Otro sitio agradable de Vila-Real al que fui hace un año y medio más o menos es Espliego, es un lugar de una decoración asombrosa, y calidad de comida buena, eso sí, preparad la cartera, yo lo dejaría para ocasiones especiales. Si vuelvo, ya lo comentaré.

1 beso para vosotras y 1 abrazo para vosotros.




martes, 1 de febrero de 2011

Daluan, una experiencia... desagradable

Buenas a todos, retomo las experiencias gastronómicas y lo hago, por desgracia, con una experiencia poco agradable vivida en Morella, en este "famoso" restaurante.

Como se puede leer en el título la aventura no fue de las mejores, pero como siempre, para gustos los colores, así que si a alguno le ha gustado este restaurante, libremente, que lo comente, pero yo no puedo pasar por alto que determinados sitios de cierto renombre vivan de éxito pasado y el cliente se lleve un mal trago.

Esta excursión la hicimos una amiga y yo en el puente de diciembre (como veis llevo cierto retraso con las publicaciones), decidimos pillar coche e ir algo más lejos del Castellón o el Grao, que ya los tengo muy vistos. Informándome por internet y un par de guías que tengo, y leyendo diversas criticas, al restaurante que mejor ponían es a éste, Daluán (www.daluan.es), de él comentan la excelente RCP, y buen hacer de la comida de autor.

Así que allá fuimos, como me despisté, reservamos el mismo día, y ya por ahí empezaron los problemas, pues quien se puso al teléfono no fue muy cortés que se diga. Conseguimos mesa en la terraza, pero casi como si nos hicieran el favor de nuestra vida, al llegar a Morella, fuimos a buscar el restaurante, vimos el cartel de que en el restaurante no había sitio, pero no había nadie en recepción, así que subimos a preguntar cual era nuestra mesa y si alguna mesa se había dado de baja y podíamos comer en el salón, pues no nos dio tiempo ni a preguntar, apareció una señora que enseguida nos espetó, "ustedes aquí, NO, ustedes a la terraza", Aseguro, que me faltó el canto de un duro para coger e irme a cualquier bar, pero como lo importante era la comida y un mal día lo tiene cualquiera, pues me aguanté las ganas y nos quedamos.

Nos acompaño el camarero a la terraza, hay que decir que la calle es muy estrecha y con poca luz, así que en invierno hace frío, suerte que hizo sol, y no se notaba tanto, de la terraza decir que tiene un bonito detalle, como son las mantas en las sillas, por si la estufa no es suficiente, te la pones en las piernas, y oye, dan calorcito... Pero a partir de ahí, todo fue de mal en peor.

De inicio, de las estufas solo había encendida una, por que ya había una pareja sentada, pero donde nos pusieron a nosotros, solo uno de los dos recibía el calor, así que le pedimos que por favor encendiera la otra estufa, el camarero lo intento un par de veces, y nos dijo que es que no funcionaba, hasta ahí, vale, uno asume que está estropeada y punto. Como yo soy más caluroso que ella, pues le cambié el sitio y ya esta, pero a lo largo de la comida empecé a pasar frío, resulta que pasado un rato, a nuestro lado se sienta otra pareja y le dicen lo mismo a otro camarero, y de forma inocente le comenté que no insistiera mucho que su compañero me había dicho que no funcionaba, el chaval muy gentilmente me contestó "no se preocupe, lo que pasa es que hay que saber encenderla" y en un par de intentos, estufa funcionando, y yo me pase media comida pasando un frío de tres pares de narices. Otro detalle de la terraza es la música ambiente, la tenían a un volumen que se hacía incómodo estar allí, y como era el aniversario de Lennon, nos tragamos un recopilatorio chill-out de los Beattles...

Esto a nivel de servicio, junto con otros detalles que comentaré después, ahora me centraré en la comida.

De inicio la carta ya es corta, pero es que hubo un par de paltos que no tenían (llegamos a las 14:00h para comer), entiendo que quizá el día anterior se les pudo acabar, pero al menos que te avisen al principio de lo que hay o de lo que no hay, pero no hagas que la gente piense que quiere para luego decirte que de eso ya no queda y vuelta a empezar. 

Así pues, los entrantes fueron, huevo moldeado con crema de foie y trufa, sobre el papel suena excelente, pero sobre la mesa es otra historia, plato frío como el tiempo, sin sabor de la trufa y foie imperceptible, sólo se salva la yema del huevo y por que podías mojar pan, que si no, ni eso.


De segundo entrante, carpaccio de ciervo, como siempre, los carpaccio se caracterizan por la calidad de la carne, en este caso, he de decir que fue el mejor plato con inmensa diferencia, buena carne, y bien los frutos secos y el vinagre Módena, pero tampoco para lanzar cohetes.


Como platos principales, yo pedí magret de pato  y ella ternera en "meloso", una vez más platos fríos, el pato, demasiado hecho, aunque aún se podía comer, y de la ternera, tres cuartos de lo mismo.



Como postres, strudel de manzana, que fue un auténtico desastre, mucha masa de hojaldre, bañada en la crema de turrón y helado de canela, que lo ablandaba aún más, y adivinad, FRIO. Y el sorbete con crema de castaña, y eso es lo que fue, una castaña de postre, pues le preguntamos, si el sorbete era líquido o de cuchara, por que lo quería líquido, el camarero (el mismo que no podía encender la estufa) nos dijo que era líquido, y como era el sorbete?, de cuchara. vamos, demencial. Y de sabor, pues normal, pasa sin pena ni gloria.



En lo que respecta a bodega, me pareció corta, y ninguno de los vinos de la carta me convencía, quizá por ignorancia de la mayoría de ellos, así que no puedo opinar de este tema. Así que opté por cerveza, y como estaba?, CALIENTE!!!.

La verdad es que no sé como calificarlo, lo bueno fue que nos reímos mucho con cada metedura de pata, nos reímos por no llorar, pero de verdad, que fue un desastre tras otro. Para mí, es el ejemplo del quiero y no puedo, quiero ofrecer una comida de alta calidad a un precio de restaurante normalito (26 euros por cabeza), y eso por desgracia, no es posible, o una cosa o la otra, aún así, esto es mejor que los restaurantes que te cobran como alta cocina y luego son normalitos... Lo que si han de mejorar, es el trato al cliente, fue realmente nefasto.

Yo, personalmente, no volveré al Daluan, por que aunque el precio sea ese, consiguieron que me pareciera caro para lo que recibí.

Un inciso, otro restaurante de Morella al que no volveré es Casa Roque, fui hace 3 años, y solo recuerdo que no comí muy bien (platos típicos morellanos) y a un precio exagerado, salones grandes y ruidosos... creo que Morella y yo, no nos llevamos bien gastronómicamente hablando.

Espero encontrar un hueco pronto para volver a publicar, he de comentar restaurantes como Selma Junior y La cuina de Fernando en Castellón, Regentamar y El torreón en Burriana, Peixes y Brases en Denia, Nou Manolín en Alicante... poco a poco.

Un beso para vosotras y un abrazo para vosotros.